La kombucha es una bebida fermentada con una rica historia que se remonta a más de 2,000 años. Su origen está ligado a China, específicamente a la dinastía Qin (221 a.C.-206 a.C.), donde fue conocida como “el té de la inmortalidad” debido a sus supuestos beneficios para la longevidad.
El origen de la kombucha: la historia del monje Kombu y el emperador Inkyo
Hola, me llamo Kombu. Soy monje tibetano amante de la naturaleza y sus secretos. Mi historia comenzó en el año 414 a.C., cuando decidí viajar hasta la corte del emperador Inkyo con un regalo muy especial: un hongo que, al fermentar con té, daba lugar a una bebida única, llena de vitalidad y energía.
Cuando llegué a la casa real, presenté mi creación al emperador y le expliqué cómo debía prepararla. Inkyo, intrigado, siguió mis indicaciones y, al probarla, su rostro lo dijo todo. Quedó maravillado con el sabor y los efectos revitalizantes de la bebida. “¡Esto debe llegar a todo mi imperio!”, declaró con entusiasmo.
Fue así como esta bebida se convirtió en un símbolo de bienestar en todo el reino, ganando rápidamente admiradores. En honor a mi descubrimiento, decidieron llamarla kombucha, llevando mi nombre más allá de lo que jamás imaginé. Hoy, esta tradición sigue viva, conectando a las personas con el poder de la naturaleza.
Ganó popularidad en Asia y posteriormente se expandió a Rusia y Europa del Este, donde se valoró como un elixir curativo. Con el auge de los alimentos fermentados en Occidente en las últimas décadas, la kombucha es una opción para quienes buscan bebidas probióticas naturales y de bajo contenido en azúcar.
El Proceso biológico de fermentación en la kombucha
La kombucha se elabora con té, azúcar y un SCOBY (es el acrónimo de Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast: cultivo simbiótico de bacterias y levaduras), que da lugar a una fermentación que convierte el azúcar en ácidos orgánicos y probióticos.
Estos componentes, junto a pequeñas cantidades de alcohol y dióxido de carbono, le dan su sabor ácido y su textura ligeramente efervescente. La fermentación no solo aporta sabor, sino que también genera beneficios para la flora intestinal y apoya la digestión, convirtiendo la kombucha en un suplemento probiótico natural.
Beneficios para la salud de la kombucha
La kombucha es conocida por sus propiedades desintoxicantes, ya que el ácido glucónico y los probióticos ayudan a eliminar toxinas del hígado y mejorar el funcionamiento del sistema digestivo. Los antioxidantes presentes en el té verde fortalecen el sistema inmunológico, ayudando a combatir radicales libres y protegiendo al cuerpo contra enfermedades. Los radicales libres son moléculas inestables que se producen de forma natural en el cuerpo como resultado de procesos metabólicos, como la respiración celular, y también por exposición a factores externos como la contaminación, radiación, humo de tabaco, estrés o una dieta poco equilibrada.
Además, la glucosamina en la kombucha apoya la salud articular al mantener el colágeno, lo que puede aliviar el dolor en las articulaciones y reducir los signos del envejecimiento en la piel.
Cómo hacer kombucha en casa
Hacer kombucha en casa es un proceso que requiere pocos ingredientes, pero mucho cuidado y cariño. Primero, prepara una infusión de té (verde o negro) y añade azúcar. Una vez que el té se enfría, incorpora el SCOBY en un frasco cubierto con una tela y deja que la mezcla fermente en un lugar oscuro durante 7 a 10 días.
Luego, puedes embotellar la kombucha para una segunda fermentación, agregando frutas o hierbas para darle sabor y burbujeo adicional.
Mucha Kombucha: Tradición artesanal y bienestar en cada botella
Se dice fácil, pero te aconsejo que lo dejes en manos de profesionales que cuentan con una larga experiencia en la producción de kombucha, y experimentan constantemente para descubrir nuevos sabores.
En esta ocasión, conversamos con Fernanda, la productora detrás de Mucha Kombucha, una marca artesanal que ha logrado capturar la esencia de la kombucha en su forma más auténtica. Desde el hermoso Valle de Bravo, Fernanda nos comparte su visión sobre lo que hace única a su kombucha, los desafíos que enfrenta en su producción artesanal y cómo se inspira en la naturaleza para crear una bebida probiótica que promueve la salud digestiva y un estilo de vida saludable.
ConSuma Conciencia: ¿Qué hace única a Mucha Kombucha dentro del mundo de las bebidas probióticas?
Fernanda (Mucha Kombucha): En Mucha Kombucha nos enfocamos en mantener la autenticidad y calidad de cada lote. Utilizamos té verde de alta calidad y seguimos un proceso de fermentación tradicional que nos permite capturar todos los beneficios probióticos que hacen de esta bebida una aliada para la salud digestiva. Además, todos nuestros ingredientes son naturales y orgánicos, algo que consideramos esencial para ofrecer un producto que realmente conecte con el bienestar y un estilo de vida saludable. Cada botella está hecha con dedicación aquí, en Valle de Bravo, cuidando que cada sorbo sea tan refrescante como nutritivo.
ConSuma Conciencia: ¿Cuál es el mayor reto de producir kombucha de manera artesanal?
Fernanda (Mucha Kombucha): Sin duda, mantener la consistencia en cada lote. Al trabajar con un proceso de fermentación vivo, cada SCOBY tiene su personalidad, por así decirlo, y eso implica ajustes constantes para garantizar que cada botella mantenga el mismo nivel de sabor, calidad y beneficios. Pero creemos que ese cuidado y atención son justamente lo que hace especial nuestro producto.
ConSuma Conciencia: ¿Qué les inspira a seguir produciendo kombucha en Valle de Bravo?
Fernanda (Mucha Kombucha): Valle de Bravo es un lugar mágico que nos recuerda la importancia de la conexión con la naturaleza. Esa misma conexión es la que queremos transmitir a través de nuestra kombucha. Saber que nuestras bebidas no solo promueven el bienestar, sino que también apoyan prácticas sostenibles y el consumo de ingredientes orgánicos, es lo que nos motiva a seguir creciendo y compartiendo esta tradición probiótica con más personas.